Por: Redacción.
La peregrinación de la fe: Una familia en camino
El Evangelio nos presenta a la Sagrada Familia como una familia que peregrina en la fe. Cada año subían a Jerusalén para la Pascua, obedeciendo la tradición y expresando su fidelidad a Dios. Esta imagen nos recuerda que toda familia está llamada a ser una comunidad en camino, creciendo en la fe, enfrentando juntos las dificultades y buscando siempre la voluntad de Dios.
Este Domingo, al inaugurar el Santo Jubileo en nuestra Diócesis de Iztapalapa, también somos llamados a ser una Iglesia en peregrinación, una familia Diocesana que se une para celebrar, agradecer y renovar nuestro compromiso con Cristo. Que este Jubileo sea para todos nosotros una oportunidad de caminar juntos hacia el templo del Señor, con el corazón abierto y disponible para su gracia.
La angustia de buscar a Jesús: El desafío de las familias
La angustia de María y José al no encontrar a Jesús refleja una realidad común en muchas familias: momentos de incertidumbre, pérdida o desorientación. Sin embargo, la Sagrada Familia nos enseña que, aun en medio de la ansiedad, no debemos perder la fe. Ellos no se quedaron en la tristeza; emprendieron el camino de regreso, buscando a Jesús con esperanza.
De la misma manera, como familias y como Diócesis, estamos llamados a buscar al Señor en cada etapa de nuestra vida. Este Jubileo es un tiempo para regresar al "templo", a la casa de Dios, y reencontrarnos con su presencia, especialmente si hemos sentido que Él se ha perdido de vista en nuestro caminar diario.
"Las cosas de mi Padre": El corazón de nuestra misión
Cuando Jesús responde: “¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi Padre?”, nos recuerda cuál es el centro de nuestra vida: cumplir la voluntad de Dios. La Sagrada Familia no entendió plenamente estas palabras en ese momento, pero las aceptó con humildad.
Como familias cristianas y como comunidad Diocesana, estamos llamados a centrar nuestra vida en las “cosas del Padre”. ¿Qué significa esto? Vivir en amor, practicar la misericordia, buscar la justicia y anunciar el Evangelio. En este Jubileo, el Señor nos invita a redescubrir nuestro llamado a ser discípulos misioneros, ocupados en la obra de nuestro Padre celestial.
Crecer en sabiduría y gracia: Una familia que madura en Dios
El Evangelio concluye mostrando a Jesús creciendo en sabiduría, estatura y gracia. Este crecimiento no fue automático; fue fruto de vivir en una familia que cultivaba la fe, el amor y la obediencia a Dios. La Sagrada Familia nos enseña que el verdadero crecimiento comienza en el hogar, en los pequeños actos cotidianos de amor y fidelidad.
De igual manera, nuestra Diócesis, como familia de familias, está llamada a crecer en sabiduría y gracia durante este Jubileo. Este tiempo santo es una oportunidad para formarnos, fortalecer nuestras comunidades y ser un testimonio vivo del Evangelio.
La Sagrada Familia: Modelo y esperanza para nuestra Diócesis
En este Domingo de la Sagrada Familia, pidamos la intercesión de María y José para que nuestras familias y nuestra Diócesis de Iztapalapa sean reflejo del amor, la unidad y la fe que ellos vivieron. Que el inicio del Santo Jubileo nos llene de alegría y nos impulse a buscar siempre a Cristo, que es nuestra esperanza y nuestra paz.
Que en este tiempo de gracia redescubramos nuestra identidad como hijos e hijas de Dios, y como familia diocesana, sigamos creciendo en comunión y santidad, para ocuparnos, como Jesús, en las cosas de nuestro Padre. Amén.
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